El concepto P2P o peer-to-peer no es nuevo en Internet y se lleva manejando desde hace mucho tiempo, es una realidad que las transacciones entre pares están presentes en nuestro día a día. Uno de los ejemplos más claros es la venta de artículos de segunda mano con plataformas que ya en su día fueron un éxito como eBay o en la actualidad Wallapop como plataforma para dispositivos móviles. Bajo este concepto también se han puesto en marcha otras plataformas P2P como pueden ser BlaBlaCar para compartir coche, para alquilar casas durante viajes como Airbnb, intercambio de casas para vacaciones como GuesttoGuest y así cada vez más la red facilita las transacciones entre pares siendo más y más una práctica común.

Esta facilidad para realizar el intercambio o compra-venta entre particulares, necesita en muchos casos de pagos entre pares, recurriendo al dinero físico cuando es un intercambio presencial o bien transferencias entre cuentas cuando no existe esa posibilidad. Bitcoin y otras monedas virtuales pueden vencer esa barrera que obliga a las personas a recurrir a medios tradicionales para cerrar la transacción con el pago. El uso de estas monedas todavía no se ha generalizado, quizá debido al escaso uso que se tiene de ellas en el mundo tradicional o bien por la desconfianza debida al desconocimiento de las mismas.

Ventajas de las monedas virtuales

Las monedas virtuales como Bitcoin tienen la ventaja de que no necesitan intermediarios, son transfronterizas, totalmente anónimas y la transacción se realiza en pocos minutos. La cadena de bloques (blockchain) generada por todos los miembros de la red, es quién garantiza las transacciones. Esta tecnología desarrollada sobre técnicas criptográficas holgadamente probadas y seguras, unido a diversos principios como que habría que poner de acuerdo al 51% de la red en contra del otro 49% para que prosperase un fraude, algo imposible en la práctica, aseguran cualquier transacción entre miembros de la cadena.

El blockchain no sólo tiene aplicaciones para garantizar el uso de monedas virtuales, sino que puede asegurar cualquier tipo de transacción. Esto permite que sistemas tradicionales donde es necesario contar con terceras partes que den fe de un hecho, no sean necesarias si contamos con una cadena de bloques. El ejemplo más claro es el de las transacciones bancarias, pero también podemos tener otras como los registradores, notarios, administración pública o llegado el caso incluso empresas confiables que dan un servicio a los pares.

Algunas redes de blockchain de reciente aparición como Ethereum, explotan esta base llevándola a su máxima expresión, creando el concepto de contratos inteligentes y transacciones seguras, que cambiarán en un futuro próximo nuestra percepción de en qué podemos confiar y cómo lo hacemos. Obtener servicios entre pares, realizar transacciones seguras de cualquier índole o formar comunidades de confianza sin que una tercera parte las tenga que asegurar, será en un futuro cercano una realidad.